En los viñedos se cultivan tres tipos de cepas:
Garnacha tinta: uva muy dulce, con notas afrutadas, que aporta suavidad.
Merlot: uva negra de gran calidad, con la que se producen vinos fragantes y fuertes.
Cabernet Sauvignon: uva negra, de gran sabor, pronunciado aroma e intenso color.
De la unión de estas cepas, nacerán magníficos vinos que impregnarán sus sentidos con aromas de la naturaleza: frutales, florales… y con sabores que se funden en matices terrosos, especiados, balsámicos… Todo un mundo de sensaciones para unos vinos que se distinguen por su carácter y singularidad.